lunes, 3 de febrero de 2014

EL DÍA DE SAN VALENTÍN

El 14 de Febrero se celebra el día de San Valentín, un santo devoto de la idea del amor.
En realidad hubo dos santos llamados "Valentín". El primer San Valentín fue un padre, santo y mártir que vivió en la época del Imperio Romano, en el año 269, durante la persecución de los cristianos.

Según la leyenda, el Emperador Claudio II estaba más interesado en su ejército y en las guerras que en la vida en familia, además, estaba convencido de que los solteros, sin esposas ni hijos, eran mejores soldados que los casados y no tendrían miedo en el campo de batalla.

Por esa razón, Claudio II llegó al extremo de emitir una ley prohibiendo el matrimonio. 


San Valentín, sin embargo, desafió al Emperador y continuó a celebrar matrimonios en secreto, hasta ser descubierto, preso y ejecutado.

El otro San Valentín también vivió bajo el imperio romano. 

Él tenía una vida simple y era especialmente bondadoso con los niños. 

Un día, Valentín fue apresado y lanzado a un calabozo por haberse negado a adorar a los dioses romanos. 

Se dice que entonces los niños comenzaron a escribir mensajes de amor y cariño hacia Valentín, lanzándolos a través de la ventana de su celda. Estas habrían sido las primeras tarjetas del "día de los enamorados y la amistad".

Las tarjetas que conocemos hoy fueron hechas por primera vez alrededor de 1800 y algunas eran bien trabajadas y decoradas con pájaros y flores. Hoy, algunas de las tarjetas más populares son las de humor.

En los Estados Unidos, los días que anteceden al 14 de febrero, supermercados, librerías, tiendas y farmacias ofrecen una gran variedad de tarjetas conmemorativas llamadas "Valentines".

Los adultos suelen comprar tarjetas para acompañar regalos más elaborados como dulces, flores o perfumes. En las escuelas los niños hacen tarjetas para regalar a sus amigos y profesores.

En el Perú, el 14 de Febrero se celebra el Día del Amor y la Amistad.

EL ÁRBOL DE LOS AMIGOS

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.

Algunas recorren el trayecto a nuestro lado, viendo pasar muchas lunas, pero otras apenas las vemos entre un paso y el otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza a uno de nuestros amigos.

Los primeros que nacen del brote son nuestros amigos Papá y Mamá que nos muestran lo que es la vida.

Después vienen los "amigos hermanos" con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.

Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.

Además el destino nos presenta a otros amigos, que no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.

A muchos de ellos los denominamos "amigos del alma" del corazón, son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace felices y a veces uno de esos amigos del alma "estalla" en nuestro corazón, y pasan a convertirse en un "amigo enamorado" Eso da brillos a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.

Por otra parte, también existen aquellos amigos por un tiempo quizás por unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos suelen colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estemos cerca. Y hablando de cerca, no podemos olvidar a "amigos distantes" a aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla, siempre aparecen entre una hoja y otra.

Nuestras hojas, varias nacerán en otro verano y otras permanecerán muchas estaciones.
Pero las que nos dejan más felices son aquellas que no cayeron, que continúan cerca alimentándonos con su amistad.

Te deseo hoja de mi árbol: PAZ, AMOR, SALUD, SUERTE, simplemente porque cada persona que pasa por nuestra vida es ÚNICA y siempre deja un poco de SÍ y se lleva un poco de nosotros.

Tal vez haya quienes se llevaran mucho, pero no habrá ni una sola persona que no deje algo.

Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida... y una prueba evidente de que "las almas nunca se encuentran por casualidad".

EL SENTIDO DE LA FIESTA DE SAN VALENTÍN

Las fiestas arcaicas eran sinónimo de concurrencia de gente desaforada, ruidosa, en donde se establecen relaciones con los demás, fundamentalmente a través de su cuerpo, en una actuación distante a la de los roles de la tranquilidad cotidiana. Se  decir también que la fiesta es un juego de oposiciones entre lo profano representado por la cotidianidad, y lo sagrado representado por la fiesta. Respecto a esto, Roger Caillois afirma:  

"En relación con lo sagrado, lo profano solo representa caracteres negativos: en comparación parece tan pobre y desprovisto de existencia como la nada frente al ser". Los dos son tan necesarios para el desarrollo de la vida: el uno como medio en que esta se desenvuelve, el otro como fuente inagotable que la crea, la mantiene y la renueva.

Este era el sentido primordial de las fiestas: salida del tiempo profano y acceso al tiempo de origen, de exaltación, de jubilo. En clara oposición al modo en que hoy son celebradas las fiestas modernas.

Las fiestas eran sinónimos de alegría, danza, gritos. La liberación del ser, de las restricciones y ataduras. Era el momento de salir de la vida tranquila, de las ocupaciones cotidianas, encajada en un sistema de prohibiciones.


Por ejemplo en la Antigua Grecia: Los rituales de Agón son muy variados en cuanto a los participantes, que pueden ser vegetales, animales, u hombres. Son variados también en cuanto a la distribución de los participantes entre los bandos enfrentados, según hemos dicho, y al papel de triunfador o derrotado del coro o el Oponente; en cuanto al detalle de la acción y a la intervención o no de piedras, pelotas o frutos, el fuego, etc., el disfraz y la palabra; en cuanto al sentido de la acción, sentido que varía según nos atengamos a la interpretación mítica (cuando la hay) u otra anterior. Pues el Agón, hemos de verlo, es un ritual universal cuyo origen es propiamente mágico: es una lucha o una expulsión o búsqueda violenta que precede y estimula un cambio natural, llámese la venida del buen tiempo, la renovación de la vida liberándose de las impurezas del pasado o el crecimiento de la nueva cosecha.

AYER Y HOY: LA FIESTA DE SAN VALENTÍN

El significado de las fiestas en la actualidad no es el mismo. A continuación aludiremos a algunos ejemplos de cómo ciertas festividades se transformaron en "máquinas productoras de dinero y carentes del sentido original".

Tal es el ejemplo de la fiesta de San Valentín o Día de los Enamorados. Ampliamente difundida en Estados Unidos, y gracias a la globalización y al comercio, golpeando las puertas de nuestro país.

Estamos en una de esas fiestas en las que el comercio y el consumo agudizan sus ingenios para publicitar y vender sus productos. Poco tiene que ver con el sacerdote y mártir romano.

Valentín vivió en el siglo III. Era sacerdote y había convertido a gran número de personas a la fe cristiana, lo que llegó a los oídos del emperador Claudio II, el Gótico, que lo hizo aprender. Como Valentín, a pesar de las promesas del emperador, no accedió a venerar a los dioses romanos y renegar de su fe, fue entregado al prefecto Calpurnio, el cual lo puso bajo la custodia de su teniente Asterio, quien lo condujo a su casa. Al llegar, Valentín invocó a Jesucristo, luz de las naciones; al escuchar esta invocación, Asterio, que tenía una hija ciega, le rogó que la sanara; así lo hizo el santo, por lo que toda la familia de su carcelero se convirtió a la fe de Jesús, sufriendo como consecuencia todos ellos el martirio.

En cuanto a Valentín, después de ser repetida y ferozmente apaleado, fue degollado el 14 de febrero del año 27O.

Existe otra versión que cuenta que Claudio II había promulgado un edicto por el que prohibía contraer matrimonio a los soldados jóvenes para que así, libres de ataduras, pudiesen dedicarse plenamente al arte de la guerra. Contraviniendo la orden, Valentín casaba en secreto a todas las parejas que acudían a él. Enterado el emperador, mandó apresarlo y decapitarlo.

Su fiesta se celebra el día 14 de febrero. En la iconografía se le representa vestido de sacerdote con una espada atravesada en su pecho o con un sol de luz en su mano derecha. El mártir fue popular en toda la Europa de la Edad Media gracias a los benedictinos que servían su basílica en Terni o en la vía Flaminia de Roma.

Su relación con los enamorados se establece gracias a la coincidencia de su fiesta con la mitad de febrero. En el siglo XV nació en Roma la versión mediterránea de la fiesta de San Valentín, que se conoció como fiesta de los enamorados o fiesta de los jóvenes. Durante su celebración se hacía entrega de su dote a los novios.

Se celebró con mayor fuerza en Inglaterra. En la misma se tuvo en cuenta que la fecha de San Valentín cae de hecho en un período del año en el que la naturaleza da muestras de despertarse del largo letargo invernal; el sol comienza a calentar la tierra haciendo florecer las primeras violetas y la flor del almendro. Como consecuencia, San Valentín se convirtió en el santo que anuncia la primavera. En la misma Inglaterra se decía que el 14 de febrero los pajaritos comienzan a emparejarse. Por San Valentino la alondra hace el nido. Nació así también el dicho de que por San Valentín cada valentino elige su valentina. Paso a paso se convirtió el santo en patrono de los enamorados, que acostumbraban a cruzarse mutuamente unos papelitos tierna y delicadamente escritos, llamados valentinos, y que se hallan documentados en Inglaterra ya en el siglo XV.

Sucesivamente emigró la fiesta y su celebración a Estados Unidos, de donde retornó tan transformada que los enamorados no se contentan con intercambiarse una flor o el simpático y romántico valentino. Hoy se espera el regalo costoso como costumbre establecida por ciertas industrias para aumentar el consumo e incrementar su producción.

Se ha pasado de la conmemoración de un mártir de la fe a la exaltación de la fiebre consumista.

Son varios los sectores comerciales que se reparten el pastel monetario, cuyas porciones recaen en una serie de fechas creadas especialmente por intensas campañas publicitarias.

La industria del regalo se encuentra en buen estado. Y la prueba de ello es que, la semana del 14 de febrero, la actividad comercial se altera por un fenómeno capaz de reactivar el consumo: el Día de los Enamorados.

Desde hace algunos años, el 14 de febrero, la festividad de San Valentín se ha convertido en un día señalado en el calendario de los comerciantes que engrosan la industria del regalo. Aunque se trata de un solo día, laborable o festivo, la campaña de San Valentín suele abarcar los siete días precedentes a la festividad del santo. Ningún establecimiento, cuyos productos sean susceptibles de ser regalados, escapa a la tentación de colgar corazones rojos en sus escaparates, mientras que las grandes superficies comerciales invierten cantidades millonarias en campañas de marketing.

Según un estudio realizado en España, por la Fundación Ciudadano, el precio de algunos artículos puede crecer hasta un 75% en el Día de los Enamorados. Este es el caso de las flores. Según la leyenda, San Valentín solía regalar flores a las parejas de jóvenes enamorados. Hoy en día, seguir las costumbres del santo repercute, sobre todo, en el bolsillo. Para las floristerías, esta campaña dura poco más de tres días, en los que la venta de flores puede incrementarse en más de un 1.500% sobre su venta habitual. La gran demanda repercute, a su vez, en el aumento de los precios que puede oscilar entre el 37 y el 75% de su costo normal.

Junto a las floristerías, estos tres sectores también aprovechan el tirón de San Valentín. Tanto el perfume como los colgantes de oro en forma de corazón son ya regalos clásicos del Día de los Enamorados. Pero el incremento de ventas en estos sectores no es tan pronunciado como en la floristería. Quien elige estos regalos lo hace con más anticipación y goza con la ventaja de comprar los artículos a su precio habitual, ya que, en estos casos, el coste suele venir definido desde la fábrica.